«Una llamada alertó a las 7:14 pm de que había alguien en un porche de Baker Street gritando “help!” [‘¡ayuda!’]. Los agentes respondieron y descubrieron que la persona estaba llamando a un gato llamado Help». Ejemplos como este no son inusuales: ciudadanos preocupados que llaman a la policía cuando creen que alguien necesita ayuda o ven alguna situación sospechosa. Los agentes, siempre diligentes, estudian la situación, aunque parezca ridícula ya en su planteamiento.
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