Leer, salir con los amigos, disfrutar de la playa o la piscina, practicar algún deporte o hacer la ruta de los helados forman parte de las actividades que amenizan nuestros días de ocio en verano. Son las aficiones normales de todo hijo de vecino, pero siempre hay alguien más original suelto que, como buena oveja descarriadas, se entretiene haciendo otras cosas. Por ejemplo, construcciones impensables. Es el caso de David Chesney, un joven canadiense de 19 años que decidió levantar una montaña rusa en su jardín.
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