Si llevas a rajatabla los ‘tips’ el ahorro de combustible te va a sorprender. No es necesario hacer cosas extrañas, repostar en sitios determinados o ir siempre muy despacio.
La primera velocidad se utiliza solo para iniciar la marcha, así que intenta poner la segunda lo antes posible o una vez que hayas recorrido aproximadamente 10 metros. Se trata de una marcha en la que la proporción entre velocidad y consumo se dispara con respecto al resto de marchas, por lo que no es aconsejable circular de forma habitual de esta manera.
No es necesario dar gas para arrancar el vehículo ya que consume carburante inútilmente. Si nuestra moto dispone de inyección, la propia electrónica del vehículo regula las condiciones del encendido. Por otra parte si tu moto es de carburación, acciona la entrada del aire solo cuando las temperaturas sean bajas. Si por el contrario necesitas hacer uso de este instrumento cada vez que te dispones a arrancarla tenemos malas noticias, y es que la carburación de tu moto no funciona como es debido y tendrás que pasar por el taller para poner a punto el sistema de carburación.
Acelera de forma progresiva, sin dar gas a fondo. Los motores de gasolina tienen la máxima entrega de potencia aproximadamente a 3/4 partes del recorrido del gas por lo que exceder ese rango de vueltas solo hará que el motor se revolucione sin conseguir aumentar la velocidad de manera significativa.
Para viajes largos o cuando circulamos por autovía es aconsejable que utilicemos marchas largas a bajas vueltas, aunque sin correr riesgos. Habrá que adecuar el régimen de vueltas para que siempre tengamos el control de nuestra moto y tener capacidad de respuesta en bajos en caso de apuro. La respuesta de un motor a bajas vueltas varía enormemente dependiendo del modelo y cilindrada de nuestra moto, por lo que tendrás que probar por ti mismo el rango de revoluciones de las que hablamos.
Conduce a una velocidad lo más uniforme posible, sin frenar ni acelerar bruscamente cuando viajes por autovía o pretendas ahorrar el máximo carburante posible. Si tu moto está pensada para viajes largos y es de nueva generación, seguro que incorpora el control de crucero. Si es así, esta herramienta será tu aliada para mantener la velocidad en autovía. Si por el contrario, y como la gran mayoría, tu moto no incorpora esta ayuda, no está de más hacerte con un “reposa muñecas”. Este elemento te ayuda a mantener la velocidad y a su vez, a no sobrecargar la muñeca. Se trata de un artilugio bastante útil y nada caro que podemos encontrar en las principales páginas de compras de internet.
Cuando necesites frenar, siempre que sea posible, quita el acelerador y deja rodar la moto con la marcha engranada, de esta forma utilizaremos el freno motor para desacelerar el vehículo y el consumo será mínimo. Obviamente esto queda totalmente descartado en caso de frenada fuerte o de emergencia.
Ya no solo por tu seguridad y por los que te rodean, hazlo también por tu economía. Lógicamente, al aumentar la velocidad también aumentamos el consumo de combustible, pero esta proporción no es lineal, en muchas ocasiones un pequeño aumento de la velocidad provoca un aumento mucho mayor de combustible.
La explicación de este suceso es muy sencilla: a velocidades muy bajas, la carga aerodinámica que genera un vehículo en movimiento es imperceptible, pero cuando aumentamos gradualmente la velocidad, la carga aerodinámica aumenta de manera exponencial. Es por ello, que con el paso de los años, se mejora la aerodinámica de los vehículos, ya no solo para mejorar le aspecto, si no también, para mejorar el nivel de consumo de carburante.
Durante las subidas es complicado ahorrar combustible ya que necesitaremos acelerar bastante para subir una pendiente, pero siempre que sea posible, retrasa la reducción de marchas. Por el contrario, en el caso de las bajadas, la forma más eficiente de circular será utilizando marchas largas a bajas revoluciones y de esta forma rodaremos por inercia, aunque siempre respetando lo mencionado anteriormente cuando circulamos a un régimen de bajas vueltas para evitar cualquier situación de riesgo.
menéame