En los años 1940, el inventor húngaro nacionalizado argentino Laszlo Biro creó el bolígrafo, un invento pensado para poder escribir con más fluidez y consistencia que con la estilográfica. El invento de Biro y su tinta especial no tuvieron gran éxito popular debido a su alto precio, pero esto cambiaría con la entrada en escena del barón Marcel Bich en 1950. Bich compró la patente y modificó el diseño para abaratarlo y producir a gran escala. Desde entonces se han vendido 120.000 millones de Bic Cristal, y el analfabetismo mundial ha caído