A casi el 90% de los reclusos se les ha diagnosticado alguna enfermedad mental o adicción, y la infraestructura actual es insuficiente para garantizar una reinserción social positiva. Esta prisión será la única instalación especializada para presos de máxima y alta seguridad en el país. El centro ha sido diseñado para funcionar como una unidad de salud mental debido a que el número de privados de libertad que presentan algún tipo de enfermedad mental ha aumentado en los últimos años.
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