[...] El sobre estaba abierto torpemente y los papeles en su interior visiblemente manoseados. La carta ha viajado desde la lejana Madrid y el remitente es la editorial Anaya, con la que he publicado varios libros sobre el gestor de contenido WordPress, pero ni el "inocente" membrete de una casa editorial ni la distancia recorrida por el envío han disuadido a alguien de vulnerar mi correspondencia. No es nada nuevo. El irrespeto a la privacidad se ha convertido en norma de vida en esta Isla.
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