Me gustaría ser más rotundo y escribir que votar es como hacerse o comprar una casa. Pero creo que conviene matizar, porque la vida es larga y las legislaturas generan compromisos de cuatro años. Por eso conviene fijarse en las cláusulas del contrato que se firma con el voto. Debe tenerse cuidado a la hora de firmar un contrato de alquiler con un propietario que tiene inversiones escandalosamente bajas en educación y sanidad, y que se despreocupa de las condiciones laborales de sus vecinos.
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