Expulsar a la cantante israelí del certamen musical o suspender su participación en las mismas, privaría a mucha gente de una oportunidad única y simple de acercarse a la realidad histórica, esa que la propaganda camufla con burdas apelaciones religiosas, semánticas y de otro tipo. Dejando de lado el dudoso gusto de muchas de las canciones y coreografías es muy útil para entender todo lo que está pasando desde hace más de cien años en la Siria Natural de la que forma parte Palestina.
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