Una clase de batería inventada hace medio siglo podría resultar catapultada hacia la vanguardia de las tecnologías de almacenamiento de energía, gracias a una nueva membrana de malla metálica, un componente providencial para superar una limitación grave que hizo arrinconar a tales baterías. El avance podría conducir a un almacenamiento barato de energía eléctrica para centrales eléctricas alimentadas mediante fuentes limpias pero inconstantes como son la energía solar y la eólica.
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