LE han llamado "egoísta", no entienden que quiera perderse "la magia de la maternidad" y le advierten de que estará sola cuando sea mayor. Pero nada de eso ha hecho que, al menos, de momento, Irene de la Fuente cambie de opinión. "No quiero tener hijos porque me entregaría en cuerpo y alma a ellos y los educaría estupendamente bien, pero no es lo que deseo para mí misma y no sería feliz. Me llena mucho más poder ayudar a otras personas
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