La buena noticia hasta hace unos años era que, gracias a las normativas medioambientales, la concentración de partículas finas descendía con bastante rapidez. La mala noticia es que desde 2016, esta clase de contaminación ha aumentado otra vez, destruyendo aproximadamente una quinta parte de lo que se había ganado desde 2009. Este aumento aparentemente pequeño de las partículas en suspensión condujo a casi 10,000 muertes adicionales el año pasado.
Traducción en #1