El caso de Chanel ha escamado al público porque representa el camino inverso al del cantautor: la discográfica invirtió 20000€, encargó la composición de una canción pegadiza –un bopazo– a cinco productores de proyección internacional, diseñó una coreografía al nivel de BTS y Jennifer López e hizo un casting para encontrar a una intérprete. «Políticamente, al RTVE actual le compensaba Ay mamá o Terra, pero la industria se habría resentido», asegura el manager Josep Silva. «El resumen es: "Es el negocio, amigos"».
|
etiquetas: chanel , industria , producto , receta