En una sentencia ejemplar, el Juzgado de Instancia nº 1 de Madrid ha propinado un duro revés a quienes, investidos de su poder empresarial en Transcom, se creían inmunes a la crítica con nombres y apellidos a sus tropelías laborales. La sección sindical de CGT en la empresa tenía por costumbre, en sus comunicados y boletines, no solo enunciar los desafueros cometidos contra los derechos de los trabajadores/as, sino nombrar a sus responsables con nombres y apellidos.
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