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De la tristeza a la falta de deseo sexual: esto es lo que puede pasarte cuando te falta hierro

Pierdes pelo a mansalva. No tienes ganas de follar, ni aunque te paguen por hacerlo. Pareces un zombi con la palidez de piel que tienes. Estás triste y sufres palpitaciones y niebla mental. Te ha dado por comer cubitos de hielo, como si fueses Renee Zellweger tratando de adelgazar. O tienes el síndrome de las piernas inquietas –esa sensación de hormigueo en ellas y necesidad de moverlas que uno siente al tumbarse–. Son solo algunos de los curiosos signos con los que el cuerpo puede avisarte de falta de hierro.

| etiquetas: hierro , deseo , sexual

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