¿Es denunciable que una película omita escenas utilizadas como reclamo en los trailers o que sus supuestos protagonistas no lleguen ni a la categoría de secundarios? Por supuesto que sí. Hay innumerables casos de anuncios que resultan mucho más atractivos que los filmes, pero en este caso no se trata de valorar si una producción cinematográfica es buena o mala, divertida o aburrida. La cuestión es si el trailer o el cartel utilizan trampas para inducir a error a los usuarios, lo que legalmente se define como publicidad engañosa.
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