El 13 de febrero de 1997 el buque portacontenedores Tokio Express fue golpeado por una ola gigante cerca de las costas de Cornualles. Tras el golpe, el buque perdió 62 contenedores en el mar, uno de los cuales contenía casi cinco millones de piezas de LEGO. Más de 20 años después, los habitantes de Cornualles siguen recogiendo pequeñas piezas de plástico de sus playas.
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