Cada día vuelan, de media, unos 170.000 aviones. Millones de pasajeros usan a diario este medio de transporte para desplazarse por todos los rincones del planeta. Aunque no de la misma manera: mientras algunos disfrutan del despegue y el aterrizaje, otros aguantan la respiración y solo esperan llegar rápido y sin percances a su destino. Lo que está claro es que volar no es algo natural para el ser humano. E, independientemente de los nervios de cada uno, viajar en avión nos afecta a todos más allá del famoso jet lag.
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