Hacía tres meses que Charlie y Kala habían desaparecido sin dejar rastro. Lo último que se sabía de ellos era que habían acudido a un aviso de trabajo: se dedicaban a la limpieza de viviendas. No se supo nada más de ellos hasta que los investigadores localizaron la zona donde se perdió la señal de sus teléfonos móviles. Una vez realizada la triangulación de las antenas, la policía llegó a una propiedad. Mientras varios agentes registraban el lugar, escucharon unos ruidos procedentes de un enorme contenedor metálico. De inmediato, rompieron...
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