En algunos países basta una sospecha de corrupción para que un ministro o secretario de estado dé un paso al costado. En otros, se aferran al cargo pase lo que pase. La corrupción es habitual en cualquier parte del mundo. En todos los países hay funcionarios que violan la ley y abusan de su poder para beneficiarse. Lo que varía notoriamente de una sociedad a otra es cómo se lidia con este fenómeno cuando alcanza estado público. En todos los casos interviene la justicia, que investiga y decide si el acusado es culpable o inocente..
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