Rivera ha arrastrado al partido a su hiperpragmatismo en poco tiempo. El partido que debía ocupar el centro liberal de España, que tenía que absorber a los conservadores moderados y a los socialdemócratas defraudados del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es ahora un guiso cada vez más intragable, asomado a acuerdos de rapiña para dirigir algunas ciudades y pueblos.
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