Primero tuvieron a mi padre casi una semana en los pasillos de Urgencias del Hospital Dr. Negrín de Las Palmas en febrero de 2018, allí pasaba la gente y lo veía entubado, contencionado, nervioso, asustado, incluso algún gracioso tuvo la ocasión de hacer alguna burla sobre textualmente “aquel pequeño viejillo” desesperado. Cientos de personas discutían, presenciamos hasta peleas por una silla, enfermeras desquiciadas gritando de ansiedad ante la avalancha de enfermos.
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