El año próximo podremos hacer algo que solamente se puede realizar cada cuatro años. El año que viene podremos dormir la siesta durante un año bisiesto. Y es que la siesta y los bisiestos tienen en común su étimo. Esa dulce recaída en los brazos de Morfeo recibe el nombre de siesta porque coincide con la hora sexta romana, que equivale a nuestro mediodía y era el momento en que un romano tras el prandium (almuerzo) se tumbaba un rato a descansar. El día, período de luz solar, estaba dividido en doce horas y la sexta evolucionó a nuestra siesta.
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