Estamos en una bellísima región del centro del Loira, justo en Reignac-sur-Indre. Este paraje excepcional es rico en densísimos bosques, en un importante río que lo cruza y que lo nutre, y allí donde dejes la mirada, todo estará satinado por suaves colinas de color verde, cerros de piedra caliza, praderas ocres, extensas parcelas de maíz y numerosos campos de girasoles. Aquí la mano humana ha querido también levantar una atracción turística única: el laberinto vegetal más grande del mundo.