Resumen: Se convocó a un concurso para elegir la letra y música del nimno Nacional mexicano, pero el premio nunca se dio a los ganadores, sino años después, a sus herederos. Éstos, a su vez, vendieron los derechos de autor a la compañía estadunidense Wagner & Lieven. En 1943, el presidente mexicano en turno declaró patrimonio nacional tanto la letra como la música, pero esta expropiación sólo es válida en territorio mexicano, así que cada vez que se interpreta el himno nacional fuera de México, deben pagársele regalías a W&L.