No es fácil triunfar en el mundo del rock. Ni mucho menos es fácil convertirse en un arsenal de locura y acto seguido en leyenda. Los comienzos de los años 80 era una época en la que el rock reclamaba un punto de renovación. Las bandas que triunfaban en aquella época, algunas como Kiss lo siguen haciendo, necesitaban aire fresco, un resurgimiento de todo lo que se había fraguado en aquellos años. Ahí llegó Mötley Crüe.