Aunque Samsung fue una de las pioneras en el desarrollo de pantallas OLED de gran formato, en 2015 abandonó su fabricación para centrarse en la tecnología quantum dot, lo que permitió que LG pudiera dominar un mercado que ha terminado siendo lo suficientemente importante. Tanto es así que el año pasado Samsung lanzó los primeros televisores QD-OLED, que aúnan un filtro de puntos cuánticos con un panel orgánico de diseño propio teóricamente superior.