Esta semana, la RAE ha vuelto a ser noticia por las palabras (y acepciones) que tiene previsto incluir en su próxima edición en papel de 2014 y que aparecerán en breve en su versión electrónica. Mi sensación ha sido, sobre todo, de satisfacción, al comprobar que, por una vez, el equipo de lexicógrafos y redactores (que me consta que son muchos más que el cónclave de académicos que se reúnen los jueves por la tarde y se sientan en sillones con letras talladas en los respaldos, por fortuna) se ha desviado de la corriente naturalizadora...