En junio de 2015, la Carta Encíclica Laudato si’, del papa Francisco, para el cuidado de la Casa Común, alimentó el sueño de la Escuela de Contemplación SALMOS, de tener una sede en el campo. Allí, grupos aprenden el arte de la contemplación, comparten sabias narraciones sobre la presencia de Dios en la humanidad y se animan en la ecología integral.