La pequeña le hizo la técnica de la grulla y lo dejó sin sentido. Rebecca Kelly, de 13 años, aprendió muy bien las ancestrales enseñanzas del Profesor Miyagi, sobre todo porque se pasó el último verano dando y puliendo cera al coche de su padre. Esta pequeña karateka de cinturón marrón salvó a su familia cuando un yonqui -que portaba una pistola Taser (una de esas que lanza descargas eléctricas y te pone los pezones como si hubieras estado en el Polo) - intentó sacar a su madre a rastras del coche para robarla.