Los marineros del siglo XVIII creían de forma supersticiosa en un malévolo espíritu de las profundidades llamado Davy Jones al cual rendían pleitesía los demás seres malignos del océano, y cuya aparición iba seguida de tempestades, naufragios y otras desgracias. Para aquellos viejos lobos de mar, Davy Jones personificaba al océano en su faceta más destructiva y diabólica.En alguna parte de sus dominios, tenía un gran arcón o cofre en el que guardaba todo lo que llegaba allí desde la superficie.