Las aguas, en este 2018, corren revueltas en Intel. Si el principio de curso fue tumultuoso tras conocerse los fallos Spectre y Meltdown que afectaban a los procesadores de medio mundo, ahora la compañía enfrenta una nueva polémica. Y es que el CEO de la compañía, Brian Krzanich, ha dimitido tras conocerse que mantuvo una relación sentimental con una empleada. Algo que, según el reglamento interno de la firma con sede en Santa Clara (California), este terminantemente prohibido.