En pleno “trienio del Terror”, el Franquismo usó la explosión accidental de un polvorín militar para terminar con la resistencia comunista de Alcalá. La posguerra española pasó sus años de plomo durante la década de 1940. Los desastres bélicos, el hambre (que trajo consigo enfermedades ya erradicadas u otras que incluso no pudieron catalogar), el miedo, el silencio y la represión brutal y calculada, eran el pan de cada día. Lejos de ser un baluarte de fortaleza, las instalaciones militares eran deficitarias y profundamente destartaladas...