Puede haber sido una clase tóxica de alga, y no un asteroide, la culpable de la desaparición de los dinosaurios. Y también la responsable de otros episodios de extinción masiva que hasta ahora se achacaban a las causas más diversas. Esa es la opinión de dos investigadores de la Universidad de Clemson, en Carolina del Sur, que afirman que fue una toxina producida por algas lo que consiguió, en más de una ocasión, poner en serio peligro la continuidad de la vida en la Tierra.