El espeleólogo venezolano Freddy Vergara no oculta su emoción ante la maravilla cromática que testificaron sus ojos en marzo, tras el descenso a las profundidades de una enorme cueva en el cerro Auyantepuy, en la Gran Sabana, en el sureste de Venezuela.No es un lugar cualquiera: se trata de una cueva de cuarcita -un tipo de formación rocosa de alto contenido de cuarzo- en las profundidades del tepuy, una estructura geológica en forma de meseta muy típica de la zona, a unos 1.500 metros por encima del nivel del mar.