El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, ha grabado un vídeo para disculparse ante sus electores por haber hecho una promesa electoral, relativa a la subida de tasas universitarias, que no sabía si podría cumplir. Los políticos europeos parecen estar hechos de otra pasta. Con frecuencia, los gobernantes encuentran la mayor oposición dentro de su propio partido o incluso de su propio gobierno, como Tony Blair con la guerra de Irak. ¿Imagina alguien algo así en España? Quien intente discrepar sabe que tiene las horas contadas.