(...) El Racing de Madrid era un equipo de quinquis, de pandilleros. Era la camiseta preferida de Juanma López, eran esa virgen a la que rezaba Pablo Alfaro (y las víctimas de Pablo Alfaro). Aquella caterva de espídicos fue como la Banda del Bate, solo que sin Dani Martín En tiempos de pitiminís y aristocracias, este equipo chamberilero chamarilero paseó impudicia, hostias y reciedad por campos de tierra, prados a medio pasaó el dalle y algunos estadios de cierto renombre.