Hasta hace no demasiados años, en muchos pueblos la prueba del embarazo era conocida como Test de la rana: se inyectaba bajo la piel a una rana orina de mujer, y si ésta estaba embarazada, sus hormonas provocaban la ovulación del animal. Al parecer podría servir cualquier tipo de rana, aunque lo más frecuente era hacerlo con el organismo modelo por excelencia de los anfibios: la rana de uñas africana (igual que E.coli lo es para bacterias, la mosca Drosophyla melanogaster para insectos...)