El mal no habita sólo en los relatos de terror. Es imperceptible y cotidiano. Se oculta bajo un manto de comodidades, silencios, miedo, obediencia ciega e indiferencia. De pasividad. Es individual. También social y político. Proponemos un viaje por los libros y autores que han tratado el viaje de eterno regreso a nuestro hogar desde la tierra de los monstruos.