Las mujeres que han defendido abiertamente que la palabra mujer les pertenece a ellas, y solo a ellas, han tenido que hacer frente a una oposición ruidosa y en ocasiones violenta. La furia se desata porque cuando las mujeres se definen por su biología, las mujeres trans quedan excluidas de la feminidad. Para las mujeres trans, desesperadas por ser validadas como auténticas mujeres, esto supone un rechazo existencial.