En los últimos meses hemos asistido a la proliferación de vehículos de transporte público que se han utilizado como mecanismo reivindicativo de las diversas ideologías. Por una parte, el denominado “autobús del odio” y su contrapartida en València, (“Davant l’odi, denúncia!“). Por otra parte, los autobuses de marcado carácter político: el “Tramabús”, el autobús recortable de Vox, el autobús en apoyo al referéndum en Cataluña, el “Tramabús recortable”.