La equidistancia es una utopía, sin duda. No se puede ser neutral, porque la neutralidad no existe, con la excepción de Suiza, que tampoco es neutral, pero como si lo fuera, y así le va. Pero a los demás, vedada nos queda. Todo debe estar definido y si se puede, determinado, este es el himno glorioso de la globalización: clasificaciones para la operatividad estadística; necesitamos saber, no lo qué son las cosas, sino para qué son, por qué son, cómo son, dónde y cuándo son.