Con AZCA llegaron a EsP-P-Paña los conceptos urbanísticos modernos – o sea, Satánicos, que no hay que dejar de llamar a las cosas por su nombre – tales como la separación del tráfico peatonal de rodado, con espacios cívicos y comerciales en su interior. El resultado final dejó bien claro la distancia sideral que hay entre la propaganda de un mundo de colores del movimiento moderno y la satánica realidad de hormigón, rampas, recovecos yonkis y espacios públicos infernales.