Las crónicas de 'El Liberal' narran cómo el 3 de abril de 1911 un fuerte temblor de intensidad 8 llevó el pánico al pueblo. Los periódicos enviaron a sus redactores al lugar de la tragedia, y se afirmaba que, de Lorquí, «las noticias ya no son alarmantes, sino desconsoladoras. Los edificios han quedado en tal estado de ruinas, que en su mayor parte están inhabitables. El vecindario, aterrorizado ante la intensidad del fenómeno sísmico se echó a la calle, en su totalidad».