Y es que comportarse al modo de Dinamarca, designar para los puestos de superior responsabilidad a las personas más cualificadas y expertas, amén de moralmente solventes, al margen de su relación de proximidad con el poder, crear un una administración pública impersonal y regida solo por el principio de mérito y capacidad, todo eso es algo que va en contra de nuestro código genético. De ahí que lo normal sea esta Cataluña de Mas, Puigdemont, Montull, Millet & cía., no Dinamarca.