En abril del año pasado, fui una de las primeras personas que probaron el 'smartphone' OnePlus One. Lo pude ver y tocar la víspera de su presentación oficial en Pekín, y me convenció desde el primer momento. Por su estilizado diseño y por las altas prestaciones -Snapdragon 801 a 2,5 Ghz., y 3 GB de memoria RAM- del terminal. Además, venía propulsado por el sistema operativo de Cyanogen, una de las mejores capas de Android, y OnePlus prometía actualizaciones frecuentes a la última versión del sistema de Google. .