Trágicos hechos amedrentan hoy el noble espíritu de la ciudad de Vigo. El pasado fin de semana, un sujeto anónimo cometía una de las mayores tropelías que pudiera causarse al mobiliario público vigués: una agresión tremebunda contra Dinosetiño, la cría de Dinoseto, símbolo absoluto del mandato de Abel Caballero y, por extensión, de la faz de la ciudad.