El timador, que recogía donaciones para la lucha contra la enfermedad del sindrome de cowden, desvela su verdadera cara en este vídeo de tomas falsas

Paco Sanz sufre síndrome de Cowden y sus posibilidades de tratamiento en España son muy reducidad. Santi Rodríguez escribe en su blog pidiendo colaboración. "Me resisto a inmunizarme con la injusta situación que sufren muchísimas personas que no han hecho nada más que venir a este mundo y no recibir nada más que miseria y problemas. Por eso no soy capaz de limitarme solo a expresar mi rechazo y quedarme luego de brazos cruzados."

“Usted padece el síndrome de Cowden”. Aquel diagnóstico terminó con el José Francisco de entonces. Esas palabras suponían dejar su trabajo como comercial y despedirse del judo, de la pesca y, sobre todo, de su deporte preferido: el tiro, con el que había ganado decenas de premios nacionales e internacionales. Todo ello para enfrentarse a una enfermedad extraña a él pero con la que había convivido desde siempre. “Es genética, estaba ahí, pero no se había desarrollado”, explica. En poco tiempo miles de tumores se adueñaron de su cuerpo

Como si de una ruleta rusa se tratara, al valenciano Francisco Sanz (40 años) le ha tocado padecer una terrible y extraña enfermedad llamada síndrome de Cowden que sólo padece una de cada 200.000 personas. Esta patología, que tiene su origen en la mutación de un gen, le convierte en poco menos que una factoría de tumores. Tal como explica, los tiene "por todo el cuerpo. Sólo en los testículos tengo 12, pero en total, los médicos creen que son más de 2.000".

A pesar de los recurrentes dolores, Paco Sanz no ha perdido la sonrisa ni el sentido del humor. Bromea sobre los más de 2.000 tumores que se reproducen por todo su cuerpo. "Estoy lleno, desde la lengua hasta el ano", precisa sin inmutarse. Después de dos años, forman parte de su vida. Y no está dispuesto a perderla. Paco padece el síndrome de Cowden, una extraña afección causada por la mutación de un gen que suprime los tumores. Sin él, los tejidos crecen de forma incontrolada, sobre todo, en las partes blandas.