El alcalde Celdrán habló de palomos cojos y hubo rasgado de vestiduras en la izquierda y disimulo en la derecha. Sosa, concejal de IU en Badajoz, habló de locas, se rasgaron algunas vestiduras y hubo matices. No hay explicaciones que valgan: Celdrán y Sosa se referían a los homosexuales y los llamaban locas y palomos cojos. Ese ha sido durante decenios el lenguaje corriente y, en muchos casos, sigue siéndolo. Y no vale hacer divisiones y decir que la derecha emplea un lenguaje sexista u homofóbico y la izquierda lo ha superado. De eso nada.