“Las leyes y las constituciones que por la violencia gobiernan a los pueblos son falsas. No son hijas del estudio y del común ascenso de los hombres. Son hijas de una minoría bárbara, que se apoderó de la fuerza bruta para satisfacer su codicia y su crueldad”, escribía un lúcido Rafael Barrett, sintetizando en escasas líneas nuestra realidad y nuestra necesidad. Nuestros problemas no tiene arreglo en esta sociedad. Se trata de construir de nuevo los sistemas fundamentales, en definitiva, nuestras relaciones en el más amplio sentido...