La tundra, un ecosistema frío, seco y sin árboles, caracterizado una temporada de florecimiento de la vegetación extremadamente corta, está compuesta por capas subyacentes del suelo congelado -conocidas como permafrost- y pastos, juncos, musgos, líquenes, bayas y plantas. De mantenerse el deshielo, y de continuar produciéndose incendios de gran magnitud como los que se han producido recientemente, todo esta vegetación sería sustituida por tierras de arbustos e incluso por bosques boreales.